Prevención de la esclavitud infantil: abrir espacios de conversación y reconocer el problema

La esclavitud es un concepto que nos parece ajeno a nuestra realidad. Sin embargo, persiste en Chile y en todo el mundo, afectando a gran parte de la población, principalmente a los niños, niñas y adolescentes que muchas veces son invisibilizados y vulnerados en sus derechos. Por eso, es importante reconocer y concientizar sobre este tema para prevenir que esta realidad siga sucediendo. 

Cada 16 de abril se conmemora el Día Contra la Esclavitud Infantil producto del asesinato de Iqbal Masih. Un niño pakistaní símbolo de la lucha contra la esclavitud infantil, de la que él fue víctima. Fue vendido por su padre a sus cuatro años a una fábrica de alfombras en la que trabajaba doce horas diarias. Logró escapar y se convirtió en activista por los derechos de la infancia. Sin embargo, fue asesinado a sus doce años mientras se desplazaba en su bicicleta. 

La historia de Iqbal logró visibilizar una realidad que viven muchos niños y niñas en el mundo. Una realidad muchas veces invisible porque la palabra “esclavitud” se cree erradicada. Sin embargo, según un informe de la Organización Mundial de los Trabajadores, se estima que 218 millones de niños y niñas participan de la producción económica a nivel mundial. Más de la mitad son víctimas del trabajo infantil considerado esclavitud, una situación preocupante. 

Por lo que, para prevenir el trabajo infantil “es necesario concientizar a las comunidades y a las personas en relación a los derechos de los niños, niñas y adolescentes (NNA), posicionar que son sujetos de derechos y sobre todo, eliminar aquellas normas sociales que normalizan o invisibilizan esta práctica”, explica Carolina Castro psicóloga de la Fundación Para la Confianza. Asimismo agrega que se deben “promover medios y espacios educativos para capacitaciones en cuanto a estas temáticas tanto para niños, niñas y sus familias, así como también a organismos policiales y judiciales motivándolos a que se involucren en la supervisión, detección y erradicación del trabajo infantil”. 

Sin embargo, el trabajo infantil es sólo una de las tantas formas de esclavitud infantil modernas. La explotación sexual y comercial de niños, niñas y adolescentes (ESCNNA) es otro ejemplo esclavitud moderna. Sin embargo, en Chile no está tipificada como delito, a pesar de que es una realidad. Esto se explica principalmente “porque existe un desconocimiento de cómo opera la explotación sexual, además de la invisibilización de las experiencias traumáticas de las víctimas de explotación y la naturalización frente a estas prácticas” explica la psicóloga.  

Una manera de prevenir la explotación sexual y comercial “es abrir espacios de conversación sobre estas temáticas, hacer un trabajo estatal centrada en quien ejerce el abuso, señalando que es un delito y no centrada en castigar a los niños, niñas y adolescentes”, propone Carolina. Además, agrega la importancia de no naturalizar esta realidad y recordar que cuando un adulto utiliza a una persona menor de 18 años con propósitos sexuales, está cometiendo un delito. Por lo que, es necesario realizar un trabajo de sensibilización, ya que incluso si la legislación se adecua, sin la respuesta de un entorno  que reaccione y denuncie estos delitos, disminuye totalmente su efecto.