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“El abuso se constituye en violencia porque transgrede la intimidad y la privacidad”

  • Abril 2, 2019

El estreno del documental “Leaving Neverland”, en el que Wade Robson y James Safechuck denuncian haber sido abusados por Michael Jackson, puso nuevamente en el centro de la discusión el abuso sexual infantil perpetrado por personas cercanas a la familia. Según Paula Vergara, psicóloga especialista en trauma y terapia familiar, y coordinadora del área de atención de Fundación Para la Confianza, las dinámicas del abuso son distintas en cada caso y las estrategias de victimización varían dependiendo del tipo de relación.

¿En su mayoría el abuso es perpetrado por personas conocidas o familiares?

Entre un 45 y un 65% de los abusos son cometidos por personas que no son parte de la familia, pero que sí tienen algún grado de cercanía con la víctima. El 20% es el intrafamiliar, que es lo que nosotros llamamos incesto o de personas de la familia, que pueden ser los padres, abuelos, tíos, o el padrastro, porque si bien el padrastro no tiene una relación consanguínea, sí tiene un vínculo afectivo familiar. En lo concreto, esos dos tipos de agresiones, tanto el extrafamiliar por conocidos y el intrafamiliar, están entre el 80% y 85%.  Las agresiones por parte de desconocidos ocurren muy poco, porque es muy situacional.

¿Cuáles son las consecuencias cuando al abuso no es violento y proviene de alguien en quién se confía?

El abuso se constituye en violencia porque transgrede la intimidad y la privacidad, pero no produce un estrés post traumático como tal, sino que produce cuadros clínicos distintos que están asociados a la afectividad. Cuadros depresivos, ansiosos, cuadros mixtos, con sintomatología depresiva y ansiosa, que además se puede observar en concomitancia con trastornos conductuales. Vemos que el niño empieza a desregularse emocionalmente, pero lo que está detrás de eso es un proceso de victimización de larga data – estrategias de victimización sucesivas que incluyen seducción, distorsión entre otros – y puede ser que el cambio se produzca, por ejemplo, porque ha cambiado el contexto. Los síntomas pueden ir cambiando con el tiempo, porque además como la victima crece, la respuesta psíquica va cambiando.

Después de la transgresión, la persona que sufrió el abuso en ocasiones guarda silencio por muchos años, ¿cuál es la explicación a eso?

Hay muchas explicaciones por las cuales una víctima no puede contar inmediatamente. Una es que el agresor nunca salga de su lado. La estrategia de victimización, que es la imposición del silencio, la amenaza, está ahí constantemente y puede ser que por miedo o porque esté defendiendo a alguien cercano. Puede ser que no devele porque, además, él o su familia depende económica o afectivamente de esa persona. Puede ser que la persona decida no develar, a pesar de que el agresor no esté, por diversas razones: porque tiene la sensación de que no tiene sentido, por vergüenza, porque tiene la sensación de que fue partícipe, de que pudo haber hecho algo, por lo tanto, se siente culpable.

En general, la edad de develación es entre los 21 y los 24 años, que es cuando las personas se constituyen como adultos/as y no depende afectiva ni económicamente de alguien. Puede ser que eso se constituya en recuerdo traumático y efectivamente la persona tenga esa experiencia como algo ciego y no lo recuerde, y lo recuerde después de muchos años a partir de un estimulo particular o una situación específica.

¿El que ahora se hable mucho más de estos temas en los medios está provocando un cambio social que permite que las víctimas hablen más tempranamente?

Tiene que haber un contexto social para que las víctimas puedan develar y hoy nuestro contexto cultural nos permite generar el reconocimiento y la validación para esas personas. Antes no estaba, entonces no es que haya aumentado el abuso sexual, sino que hoy día existe un contexto sociopolítico y cultural que permite que las personas develen, o que aquellos que hayan develado históricamente, hoy día encuentren un otro que reconozca que eso que tú dijiste fue verdad.

¿y se da un fenómeno de cascada, en que habla uno y otras víctimas lo siguen?

Exactamente, porque yo empiezo a constatar en el otro si recibió la respuesta que yo esperaba, porque cuando una víctima devela, hace un nuevo acto de confianza. Tu confianza fue transgredida y fue pasada a llevar durante mucho tiempo, entonces hoy constatan que, si él puede, ella puede, y fue validada y fue reconocida eso quiere decir que yo también lo puedo hacer. Sumado a otras variables, que ya no está el agresor al lado mío, que ya no tengo dependencia económica, porque no tengo que cuidar al otro, entre otras.

¿Es difícil que una persona que sufre abuso sexual pueda reparar sin someterse a una terapia?

Claro, es por eso que en la fundación sugerimos pasar por un proceso terapéutico. Si para ti es importante reparar judicialmente, súper bien, pero eso tiene un impacto para ti, por eso es importante un proceso terapéutico donde puedas preparar este tipo de develaciones.

La víctima dice “algo pasa que no puedo vivir enérgicamente”. Logran tener una carrera, trabajo, familia, hijos, una serie de cosas, pero la vibración emocional, la capacidad de goce, la capacidad de estar en la vida se desmedra, porque siempre está la sensación de que se te puede venir esto encima el tsunami emocional.  La gente vive disociada, con estos puntos ciegos porque tienen que defender su psiquis. Por eso, uno habla de que son sobrevivientes del abuso sexual, porque tienes que tener la experiencia ahí, porque si te conectas con eso es ir al infierno.

Si has sido víctima de abuso sexual contáctate con Fundación Para la Confianza al + 562 26735483 para que recibas orientación psicológica y legal de forma gratuita.