El 1 de octubre de 2021 marcó un hito en la protección a la niñez en nuestro país: se acabó el Servicio Nacional de Menores y se puso en funcionamiento el servicio Mejor Niñez. ¿Podemos hablar de un cambio de paradigma que dará paso a una mejor situación de las niñas y niños del país? Si bien es complejo adelantarnos a lo que podría suceder en los próximos meses, más aún con tres proyectos de ley todavía en trámite y una serie de reglamentos sin publicar, es inherente que ronda la idea de pastiche, haciendo alusión al concepto de Fredic Jameson (1998), es decir, pareciera ser que este cambio es una mera repetición del pasado que se nos presenta una y otra vez (Fisher, 2018). En ese sentido, las críticas no se han hecho esperar sobre este nuevo sistema. Diversas organizaciones, como la agrupación de Sobrevivientes del Servicio Nacional de Menores o los sindicatos de la red privada y pública del SENAME, han señalado múltiples cuestionamientos a la base de la nueva institucionalidad.
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